La nueva Ley de Desperdicio Alimentario marca la hoja de ruta del futuro sostenible del sector

Madrid acogió esta semana una jornada clave organizada por la Asociación Española para la Calidad (AEC), centrada en la gestión del desperdicio alimentario. El evento, inaugurado por Avelino Brito, director general de la AEC; y Eduardo Romero socio de Auren; sirvió de punto de encuentro para conocer de primera mano la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario y su impacto en la estrategia de sostenibilidad del país.

En palabras de Avelino Brito, director general de la AEC: “esta ley no solo marca un hito normativo, sino que empuja a todo el ecosistema alimentario a trabajar de forma más coordinada, transparente y sostenible”.

La conferencia central corrió a cargo de Marta Pérez González, subdirectora adjunta del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), quien presentó la estrategia nacional y las medidas concretas que se desplegarán para reducir el desperdicio alimentario. Durante su intervención, subrayó el papel clave de las empresas, la necesidad de una cultura preventiva en toda la cadena de valor, y compartió mecanismos de seguimiento y certificación que acompañarán a la ley.

La innovación también tuvo un espacio protagonista con dos ponencias sobre inteligencia artificial aplicada a la medición y mejora del ciclo de vida de los alimentos. Jocelyn Auguste (Orbisk) y María José Sáiz (CNTA) mostraron cómo la IA ya está permitiendo reducir pérdidas de forma precisa y anticipar decisiones logísticas y productivas más sostenibles.

Tras el networking, la mesa redonda permitió conocer distintas realidades empresariales ante el nuevo marco legal. Representantes de organizaciones como CODAN, ALDI, SERUNION o la Federación Española de Banco de Alimentos compartieron cómo se están adaptando a la nueva ley, en algunos casos desde hace más de un año, con cambios en sus procesos internos, sistemas de control y estrategias de sensibilización. Además, todos coincidieron en señalar que la normativa representa una oportunidad para repensar el modelo de negocio desde la eficiencia y la responsabilidad.

Entre los temas más debatidos estuvo el cambio de paradigma entre la fecha de consumo preferente y la de caducidad, así como el papel social del aprovechamiento del alimento desde la distribución hasta el consumidor.