Lógicas complementarias para gestionar la incertidumbre

“Todos los datos de los que disponemos son del pasado. Del futuro no tenemos ninguno”. Esta afirmación de Clayton Christensen me resonó de manera tan rotunda que me ha quedado grabada para siempre

Podemos debatir sobre qué es innovar, cómo innovar, qué método es el mejor, hasta sobre su importancia para las organizaciones, pero no podemos dudar de que innovar es hablar del futuro.

Y para viajar al futuro no nos sirve la lógica que aplicamos en el presente (y en el pasado). Durante un largo tiempo nos hemos movido en entornos constantes y estables, con cambios lentos, previsibles y de tendencias evidentes lo cual nos permitió desarrollar una disciplina de la gestión empresarial centrada en la productividad y la rentabilidad de los activos presentes. Esto nos sirvió para crear modelos predictivos con los datos disponibles, hacer proyecciones a corto, medio y largo plazo con altos grados de fiabilidad, establecer estrategias a 3, e incluso a 5 años, y para establecer presupuestos que dotaban de recursos las planificaciones a realizar.

A esta secuencia: dispongo de datos, los analizo y creo planes de acción, los estudiosos lo llaman lógica predictiva o analítica según el autor. En mi opinión, podría llamarse lógica analítica predictiva, pues para poder predecir es necesario analizar primero.

Este pensamiento permitía poner en marcha conceptos como la eficiencia, productividad, disciplina, foco interno y claridad de dirección, relegando la agilidad a un segundo plano. Cuando se empezó a observar que la competencia de nuestro sector provenía de otros sectores inesperados o inauditos y que los clientes modificaban sus hábitos de consumo y que la tecnología creaba amenazas u oportunidades, la predictibilidad del largo, medio y corto plazo se fue diluyendo, y muchos de los conceptos, métodos y herramientas que nos habían sido útiles hasta el momento, empezaron paulatinamente a perder su exclusividad.

Hasta que apareció la COVID-19, que como toda crisis aceleró el cambio y se ensañó en las organizaciones que ya estaban heridas antes del comienzo oficial de la misma, aunque muchas no se hubieran dado cuenta todavía.

En ninguna crisis es beneficioso quedarse quieto a esperar. Entre muchas razones por dos que son fundamentales:

• Las crisis pueden tener una fecha oficial de inicio, pero no se sabe a ciencia cierta cuando finalizan. Y ésta no es una excepción.
• La segunda que, sea cuando termine, nunca se sabe cómo será el entorno postcrisis. Y ésta no es una excepción.

Y estas dos razones dan todavía más fuerza a la frase inicial. Debido a que no sabemos cómo será el futuro no podemos aplicar la lógica predictiva. Y entonces, ¿qué hacemos?

No hay que desanimarse, para eso está la lógica interactiva, que algunos autores la llaman lógica creativa.

Esta lógica comienza, no por los datos pues no disponemos de ellos, sino por definir qué es lo que nos gustaría evitar, mejorar, modificar y luego ir avanzando, poco a poco, con mucho aprendizaje y flexibilidad. Es más un “dejar de estar donde estamos” que un “querer ir a un sitio en concreto” pues, si realmente estamos creando el futuro, no podemos definirlo … eso se llama Ciencia Ficción, que no está mal como inspiración, pero yo dejaría esa función fuera del ámbito empresarial.

Concretando, hemos de ir construyendo el mapa tal como vamos avanzando. La lógica detrás de esta permanente interacción es la del constante aprendizaje y mejora; aprovechando cada nuevo dato para ir detectando tendencias, necesidades que pudiéramos satisfacer o problemas que pudiéramos solventar.

La lógica interactiva es fundamental  a largo plazo y para cualquier organización y requiere una Cultura diferente a la de la lógica predictiva, pues el foco no está en la productividad sino en el crecimiento.

Es un gran cambio de cultura, pero necesario en estos tiempos. Piensa en las empresas altamente innovadoras, tienen “tiendas” para vender los productos/servicios actuales (lógica predictiva) y tienen “antenas” para detectar esos nuevos datos que permitirán definir los nuevos productos/servicios (lógica interactiva). Verás que todas, sin excepción, combinan ambas lógicas.

No lo olvides:

Acciones -> Datos -> Análisis vs. Datos -> Análisis -> Acciones

AEC Estudio Cultura de la Innovación 2020

Fran Chuan, CEO de Dicere.